viernes, 15 de noviembre de 2013

6 meses y un tiempo de más calma

El miércoles cumplimos 6 meses de gestación con mi Antonia, 6 meses con mi princesa creciendo y poniéndose más bella cada día, ya pesa casi un kilo y mide 35 bellos centímetros, todo en ella es bello.

En la ecografía algo pudimos ver de su carita en 3D, parece que heredará mis mejillas rellenitas y mi nariz... jejejeje, pero no pudimos ver mucho más porque la desordenada tenía las manos en la cara y los pies enrollados cerca de las manos... con razón siento tanto ardor en mi ombligo, le encanta ubicarse ahí y quedarse por laaaaargos ratos.

Ya inicié mi tercer trimestre de embarazo, cada vez queda menos para el gran día, pero todo se va haciendo más lento para mí, mi panza esta enorme, me canso mucho más rápido, me ando muriendo de sueño todo el tiempo, muchas cosas ya no las hago y dependo montón de Carlos, que me cuida con todo el amor de esposo y papá, ahora somos un pack 2 en 1 jejejeje, estoy orgullosa de mi esposo, es un sol.

Estos días leí una palabra que me hizo mucho sentido:
"Al mandato de Jehová acampaban, y al mandato de Jehová partían, guardando la ordenanza de Jehová como Jehová lo había dicho por medio de Moisés." (Número 9:23, RV60)

Para mí ha sido una etapa de poner atención a los tiempos de Dios, estuve moviéndome mucho tiempo y ahora Dios me ha llamado a acampar, a estar más quieta, a descansar, a ir más lento, siempre dependiendo de Él. De a poco voy dejando algunas cosas para prepararme para la llegada de mi hija.
Nos es fácil quedarse quieta porque como mujeres estamos acostumbradas a estar siempre "haciendo", pero Dios me ha enseñado que hoy es necesario, y estoy aprendiendo, intentándolo y teniendo fe que lo que yo no pueda lo hará mi Padre celestial por mí.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Semana 26, con todo el movimiento

Retiro de Mujeres en Buin - 09/11/2013
Hoy cumplimos 26 semanas con nuestra hija en mi panzita y sigue siendo maravilloso, aunque ahora es más entretenido porque está toda una desordenadilla, más rica ella.
Me he propuesto disfrutar este tiempo a concho con mi amado y mi pequeña pecesita, que nada incansable en el mar protegido del vientre materno, sabe que la amamos, sabe que estamos pendientes de ella, incluso creo que sabe cuando hablo de ella porque tiende a moverse.
La ciencia dice que a esta altura ya escucha mi voz (con mayor volumen que el resto) y yo se que es así, y que también sabe cuando su papá esta cerca. Además en este tiempo comienza a practicar la respiración, tragando líquido amniótico, lo que le provoca unos divertidos hipos que yo siento de afuera como una fiesta jejejeje.
Definitivamente le gusta ponerse en mi ombligo, no sé que comodidad encuentra ahí, pero muchas veces la siento moverse por ese sector, y otras varias la siento presionando alrededor, porque me provoca algo como un ardor, ahí es cuando mami la llama al orden y a moverse, como dicen que reacciona si presiono mi guatita hacia adentro... jajajaja, sí, juego con ella esperando que responda con una patadita o un combito.
La semana antepasada estuvo muy quieta, y como buena madre primeriza terminé en urgencias para que la ginecóloga me dijera que estaba todo absolutamente bien, creo que me puedo dar esas licencias, total... es mi primera vez (y si por mí fuera, estaría haciéndome ecografías todos los días)
No han aparecido estrías, sólo unos pequeños vasitos se rompieron y dejan una línea roja; casi no he sentido hinchados mis pies o piernas, y mi panza ya se comienza a deformar a veces, es gracioso mirar en el espejo que de pronto aparece un bultito jejeje.
La relaxina cada vez relaja más mis articulaciones, especialmente las de la 'colita' (zona lumbar) y me he agarrado unos dolores impresionantes, además de otro miles de pequeños (y a veces no tan pequeños) dolores en toda la zona alrededor del vientre y zona íntima, pero vale mil veces la pena vivir la experiencia.
Al final, y gracias a Dios que ha cumplido su promesa, no me he enfermado de nada y Antonia está creciendo normal, ¿qué más podría pedir?, el resto son nimiedades.

Cada día se acerca más el día hija, en que llegarás a nuestros brazos, pero mientras tanto disfrutaré cada momento íntimo en que sólo yo siento y veo tus movimientos, segundos o minutos que quedaran anidados en el lazo que nos una de por vida, huellas que dejas en mi cuerpo... invisibles al resto, pero eternas para mí.