viernes, 20 de diciembre de 2013

El mejor regalo: Tiempo

En estos días que he estado de descanso en casa, sola con mi Antonia, y leyendo una que otra nota respecto al embarazo: cunas colecho, fulares, apego, dar pecho, etc., me he dado cuenta de que la mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos es tiempo.
En esta época en la que vivimos, en que muchas mamás trabajamos fuera del hogar, en que las exigencias laborales son tremendas y en que todos andan corriendo, el tiempo es el bien más escaso, pero es algo que marcará a nuestro hijos de por vida.
Y no me refiero al tiempo que pasemos "con ellos" viendo la televisión, pegados en internet, cocinando mientras ellos están alrededor, conversando con otros mientras ellos tironean nuestra ropa por un poco de atención, no... me refiero al tiempo en que los miramos, los nombramos, conversamos con ellos, los acariciamos, les enseñamos quienes son y cuánto valen, les mostramos al Padre, oramos con ellos, escuchamos sus balbuceos/poesías/aventuras, en resumen: el tiempo en que ponemos nuestra atención en ellos.
En estos días, sobre todo por las mañanas, he podido hablarle a mi Antonia, nombrarla, contarle que la estamos esperando, hablarle de su papá, hablarle de Dios, "molestarla", seguir sus movimientos, cantarle; Y pese a que no nos vemos ambas nos estamos conociendo, sé que me escucha y cada día le invento una canción nueva, sé que espera la crema en la guatita por las noches para saber que es tiempo de quietud, sabe cuando papá esta tocando la panzita porque se queda quieta, sabe que la amamos porque se mueve con libertad en mi vientre... sabe que la anhelamos porque se lo repetimos todos los días.

Los invito a pasar tiempo con quienes aman en esta Navidad, más allá de los regalos, el tiempo de calidad en que ponemos toda nuestra atención en el otro, eso es amor.
Y como es el cumpleaños de Jesús, qué mejor que pasar tiempo con el festejado.

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