lunes, 2 de septiembre de 2013

Primer trimestre: La conexión

Estoy embarazada! --> Esa fue la sensación con la que desperté un día viernes de junio de este año, sin más, sin exámenes, sin nada... sentí que estaba esperando un bebé, mi bebé.
Luego vino el constatar las fechas, el test de embarazo y más tarde el examen de sangre, pero lo primero fue SENTIRME embarazada, no podría describir cómo lo supe, sólo lo supe.

Durante el primer trimestre del embarazo, muchas mujeres no se enteran que están embarazadas, son 3 meses silenciosos. Otras mujeres se enteran, pero pasan los primeros tres meses sin síntomas ni molestias. Pero hay otras mujeres que se enteran muy temprano que están embarazada y los síntomas se comienzan a hacer sentir desde ese mismo momento, hasta quizá el segundo trimestre.

En ese tercer grupo estoy yo, que ya entrando en el segundo trimestre de mi embarazo, aún sufro los malestares de la espera y el cambio hormonal de mi cuerpo, sigue un poco vuelto loco... jejejeje
Inicialmente fue difícil aceptar esta 'locura' repentina de mis órganos: vómitos, asco, nauseas, cansancio, dolores articulares, reflujo estomacal y excesiva acidez, etc., pero un día Dios habló a mi corazón y entendí, fue como que una tela se corrió y pude ver.

En la historia de vida de algunas mujeres, desde la temprana infancia y por circunstancias adversas, se comienza a gestar una especie de des-conexión con su cuerpo, y su vida comienza a centrarse en lo racional, en el hacer antes que el ser, en la mente y sus capacidades, dejando de lado ese lazo de unión con el cuerpo, el sentir, las sensaciones. El cuerpo puede incluso transformarse en una verdadera y detestada molestia, que queda en último lugar ante las exigencias de la vida, no se cuida, no se "amonona", nada, se viste y se limpia como mínimo, nada más.
Pero llega un tiempo, precioso tiempo divino, en que Dios en su orden perfecto llama a LA CONEXIÓN de la mujer con su cuerpo. En mi caso particular fue al enterarme que estaba embarazada, al sentir el cambio en el comportamiento de mi cuerpo; primero fue la desesperación por el descontrol, pero luego entendí que es el tiempo de reconocerme mujer, de reconocer mis formas, de ver cómo mis caderas comienzan a ensancharse, mi vientre comienza a crecer hacia adelante, la pesa comienza lentamente a marcar más kilos sin que me pesen en la conciencia, mis pechos comienzan a cambiar para algún día más adelante almacenar el alimento vital para mi hijo(a), y así todo cambia también por dentro, el útero se expande y una agradable casita se va ampliando para cobijar el crecimiento de Puntito.

No es fácil esta conexión, no nos es natural -en algunos casos-, pero es tan necesaria, es un reencuentro y enamorarse de cómo Dios nos hizo, cada centímetro de cuerpo que nos dio, el ser mujeres al fin y al cabo, un hermoso regalo que nos hace únicas.

Pero no basta con dejar que los síntomas hagan de las suyas, bien vale la pena tomarse este tiempo en serio y aprovecharlo al máximo para conocer nuestro cuerpo, buscar las maneras en que más lo disfrutamos: masajes, cariños, manicure, pedicure, relajación, y tantas otras maneras de regalonearnos; Porque estos 3 primeros meses en que no sentimos a nuestro bebé (aunque está ahí creciendo en silencio) son un REGALO para NOSOTRAS!!!

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