domingo, 1 de septiembre de 2013

Puntito, nuestro regalo del cielo

Aún no sabemos si será niño o niña, pero sabemos que Puntito es nuestro regalo, como un reconocimiento de Dios de que lo estamos haciendo bien y podemos dar el siguiente paso.
No ha sido fácil su espera, ha sido un embarazo con muchos síntomas y achaques de salud, pero en la tranquilidad de mi cama, no los cambiaría por otra cosa, porque sé que en 5,5 meses más llegará una ricura a nuestras vidas y nuestro hogar.

En nuestra historia de amor con Carlos -mi príncipe azul- todo ha ido ordenadito y secuencial, siempre in crescendo, primero conocernos con la parte bella y la parte fea de la historia de cada uno, conocer nuestras familias, comprometernos, casarnos, la casa propia, el tiempo de acomodo mutuo, y ahora... ahora seremos papás, que tremendo desafío, pero esperamos en los tiempos de Dios y confiamos en que HOY es el tiempo de extender la familia Hernández-Sáez.

Dudas? Sí. Miedos? También; Pero nos motiva el amor, el saber que nos tenemos el uno al otro, que tenemos a nuestras familias y amigos como gran soporte, y por sobre todo, que hay un Dios que nos ama más allá de lo que nosotros mismos nos podemos imaginar.

Querido hijo o hija, van 3,5 meses, 15 semanas, y seguimos esperándote, comenzamos a hablarte para que te sientas amado(a), a acariciarte desde fuera para que reconozcas la calidez del calor de tus padres, e incluirte en todas nuestras decisiones, porque eres muy importante.

Gracias Dios, porque nos miraste, nos amaste desde el vientre de nuestras madres y hoy nos dices... ¡Vamos por el siguiente escalón!

Los hijos son una herencia del Señor,
los frutos del vientre son una recompensa.
Como flechas en las manos del guerrero
son los hijos de la juventud.
Dichosos los que llenan su aljaba
con esta clase de flechas.
No serán avergonzados por sus enemigos
cuando litiguen con ellos en los tribunales.
(Salmo 127: 3-5)

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