Ya ha ampliado su casa considerablemente y se sitúa al medio de mi vientre, casi llegando al ombligo (¿se me saldrá el ombligo? ooohhhhh); Y al recostarme de espalda se nota como sobresale la panzita, y como hace presión sobre el resto de mis órganos que van perdiendo espacio poco a poco. Además esa zona siempre está calentita, así que debe estar de lo más cómodo(a).
Aún sigo con síntomas del primer trimestre como nauseas y vómitos, el reflujo quizá me acompañe hasta el final. La relaxina hace lo suyo en mis rodillas, sobre todo la derecha, pero aún así tomo tiempos de caminata.
Me encanta vivir estos tiempos con mi esposo, verlo como sigue mi guatita, como le habla a nuestro hijo(a), verlo sonreír con esa hermosa ilusión, y lo mejor... sentir su mano sobre mi vientre, es como estar los tres juntitos y unidos físicamente.
El otro día me preguntaban por qué lo llamaba "Puntito"... La verdad es que la primera vez que lo vi, al mes de gestación, era como un puntito en el universo y se veía tan bello(a). Hoy está más grande y formado(a), pero esa primera vez marcó mi vida:
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